Con una voluntad manifiesta de desmarcarse de un nuevo clímax sangriento como la continuación esperable de Guasón, con Joker: Folie à deux que se estrena hoy en la Argentina, desde el musical combinado con otros géneros, el director Todd Phillips traza una reflexión sobre un personaje que se cuestiona su propio destino.

En 2019 Guasón alcanzó la categoría de un fenómeno que excedía largamente al cine, un evento de la cultura pop planetaria que recaudó más de 1.000 millones de dólares y se alzó con el León de Oro en la Mostra de Venecia, principalmente por el exuberante protagónico de Joaquin Phoenix, que le valió el Oscar al Mejor Actor en 2020.

En esa versión del payaso psicópata, con las herramientas del documental el relato era un paso a paso para mostrar primero el calvario de una vida espantosa, signada por los abusos de todo tipo y el desprecio de la sociedad, y sobre todo la salida, que era tomar la identidad que pugnaba por salir de los estrechos confines del cuerpo de Arthur Fleck (Phoenix), para convertirse en el Guasón, liberado y cruel, deslumbrante en su locura contagiosa.

Cronológicamente “Joker: Folie à deux” es la continuación de Guasón, pero de los caminos posibles en la puesta para esta segunda parte, Todd Phillips elige medir la exuberancia -de las escenas, pero sobre todo del protagonista-, para indagar el desdoblamiento del personaje y preguntarse a dónde lo llevó esa explosión malsana de popularidad.

Recluido desde hace un par de años en el Elizabeth Arkham Asylum, especializado en “criminales dementes”, luego de la explosión cuasi lujuriosa de sangre, venganza y reivindicación (según su óptica, claro) el Joker volvió a ser Arthur Fleck, perdido en sus propios mundos, atiborrado de pastillas que le dan puntualmente en la institución y pasible, una vez más, de sufrir todo tipo de abusos de parte del sistema.

El único escape posible parece ser su imaginación, pero inesperadamente, el amor aparece en su vida encarnado en un alma que parece gemela.

Mientras sobrevive en la cárcel-hospital, en tanto mantiene una relación sumisa con el despiadado carcelero Jackie Sullivan -a cargo del gran actor irlandés Brendan Gleeson- y en la víspera del juicio en donde su abogada Maryanne Stewart (Catherine Keener) tratará de que se lo declare inimputable por los homicidios que cometió (cuatro asesinatos que en realidad son cinco), el encuentro con Lee Quinzel (Lady Gaga), cambia su perspectiva y lo introduce en un terreno desconocido: la esperanza.

Aparentemente Lee está tan rota como Arthur, es casi su versión femenina en espejo. Se trata de dos seres solitarios que rápidamente se reconocen y se enamoran, creando un particularísimo universo de canciones, coreografías y actos que los llevan más allá de los muros simbólicos y reales a los que los someten.

Frank Sinatra, Bee Gees, Carpenters, Stevie Wonder son solo algunos de los autores de los temas que componen la banda de sonido de la película, en donde Joaquin Phoenix y Lady Gaga cantan con voces cascadas y convenientemente sufrientes, y claro, ella baja su calidad interpretativa para no sobresalir sobre el actor, aunque hay que decir que Phoenix no lo hizo nada mal en “Johnny & June”, en donde interpretó a Johnny Cash.

Si la relación amorosa es el eje de la película y explica la decisión de enmarcarla en el musical, con el correr de la historia se demostrará que Lee Quinzel no es quien dice ser, no está tan quebrada como aparenta (aunque sí claramente perturbada), y que el amor por el Joker es solo una fascinación por la espectacularidad de su proceder. De Arthur Fleck nada.

Así que Joker: Folie à deux transita el género musical, el courtroom drama, también las miserias carcelarias y hasta la animación, para hablar de un malentendido gigantesco que tiene al personaje principal como centro y a una sociedad sin rumbo –Gotham, irremediablemente condenada por sus pecados- que lo adora sin reflexión.

Pero el otro eje que recorre al relato es el interior del protagonista, que se contrae y expande por la lucha entre el sufrido Arthur Fleck y el desaforado Joker.

Si la primera película promovía o en todo caso dedicaba mucha energía a mostrar el ascenso de un psicópata a líder de masas, en esta segunda parte se pregunta si ese primer movimiento, incluso involuntariamente, no era un modelo o incluso un instructivo, para futuras apariciones de líderes carismáticos, alucinados y mesiánicos.

En definitiva Joker: Folie à deux es una reflexión sobre el poder a través de un personaje que se cuestiona su propio destino como líder de una rebelión contra el orden establecido, un rol al que nunca aspiró.

GUASON 2: FOLIE Á DEUX
Título original: «Joker: Folie à Deux». Dirección: Todd Phillips. Joaquin Phoenix, Lady Gaga, Brendan Gleeson, Catherine Keener, Steve Coogan y Zazie Beetz. Guión: Todd Phillips y Scott Silver: Fotografía: Oscar Lawrence Sher. Edición: Jeff Groth. Música: Hildur Guđnadóttir. Origen: Estados

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