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A finales de septiembre el gran actor argentino Leonardo Sbaraglia presentó en el Festival de Cine de Biarritz (Francia) y también en el de San Sebastián (España), El hombre que amaba los platos voladores, la última película de Diego Lerman, producida por Netflix, que fue muy bien recibida muy bien recibida en las dos muestras, y en la que el actor interpreta a José de Zer, una estrella de la televisión argentina reconocida por ser pionero en exitosos pero cuestionables programas sobre extraterrestres y fenómenos paranormales de los años ochenta y noventa en Argentina.

 “Yo entiendo como una responsabilidad encarnar a un personaje que ha existido, un personaje que ha tenido su historia, su vida, su familia, que ha dejado su legado y su experiencia en la vida y que ya no está”, señala Sbaraglia en entrevista con Ibercine y Reencuadre durante la 33ra. edición del festival que se realizó en la ciudad costera francesa entre el 21 y el 27 de septiembre.

La película se exhibió fuera de competencia en Biarritz que este año se celebró paralelamente al de San Sebastián, distante en tan solo cincuenta kilómetros. al otro lado de la frontera franco-española, y en donde formó parte de la sección oficial.

“Me ha tocado interpretar a gente viva y a gente que ya no está”, cuenta el actor, “quizá en esta experiencia y en otra que tuve el año pasado fue como volver a caminar entre fantasmas”, añadió Sbaraglia, quien antes que a José de Zer interpretó al ex presidente argentino Carlos Menem en la serie que se estrenará el año que viene.

“De alguna manera es volver a traer, como quieras llamarlo, algún alma, fantasma, recuerdo, o energía y que esté otra vez entre nosotros”, comentó el actor.

En ese sentido el actor contó que al hablar con Paula, la hija de José de Zer, es que “me agradeció porque sentía que yo había vuelto a traer a su padre –recuerda-, la verdad es que son cosas muy fuertes y al mismo tiempo parece que nuestro trabajo también es un poco eso a veces, traer a alguien que ya no está, por algo será, algún tipo de sanación o de experiencia o de encuentro tendremos que transitar al respecto”, comentó el actor.

Previo a sumergirse en la experiencia de ponerse en la piel del periodista, el actor vio muchas notas del periodista showman, “Usé mucho el material videográfico porque lo que pasa es que en los archivos de la televisión se van usando los cassettes en la época de los noventa y había mucho material que había sido borrado”, explica,

«Pudimos acceder a material que había sido digitalizado y sí escuchándolo mucho, mirándolo mucho, traté de meterme o de abrir algo en mí para que este hombre energéticamente se meta dentro de mi cuerpo y bueno, eso también tiene que ver con un trabajo en el cual también vas aprendiendo, como un bailarín, una coreografía”, completa.

“¿Es un personaje para el lucimiento? Sí, lo es, porque son esos personajes que están creando ficción, que están creando algo donde no hay nada, con este afán de tener que generar contenido, que generar notas, cosas para el programa, porque tiene que salir, la televisión es así, hay que hacerlo, hay que generar contenido, rating”, agregó.

“Estos se valían de cualquier cosa, encontraban una piedra y decían, creo que esta piedra fue pisada por la persona que estamos buscando, que no está aquí en este momento, vamos a una pequeña pausa y volvemos, cualquier cosa”, añadió al actor.

La película de Diego Lerman, hilarante por momentos, retrata además una parte de la historia de la televisión argentina, en los ochentas y noventas del siglo pasado.

“En realidad era otro mundo, un mundo donde no había redes, estaban las primeras computadoras, no sé si había el concepto de internet, realmente el acceso a lo audiovisual era completamente analógico. Era un contenido de ficción que terminó teniendo en el caso de José De Zer, un contenido casi de ficción y con eso, se ganó un lugar muy importante en el telediario, había muchas cosas inventadas y otras tanto reales”, cuenta sonriendo.

En la presentación de «El hombre que amaba los platos voladores» en Bairritz, junto a Diego Lerman.

El actor contactó también con personas que participaron en los programas de José de Zer, quien falleció en 1997, tras cosechar una década de éxitos en la televisión argentina entre mediados de los años ochenta y mediados de los noventa.

“Hay como un pacto de silencio con la gente con la que quisimos hablar sobre el tema de los objetos voladores no identificados o de la casa embrujada que él cubría y que nadie de la gente que participó de ese tipo de eventos dijo ‘no, esto era así o no era así’. Yo creo que probablemente hasta hayan visto algo, lo que pasa es que es como él decía: para que la gente lo vea y se atraiga, hay que exagerarlo”, comentó Sbaraglia.

El actor confesó estar cansado por el esfuerzo que tuvo que realizar para interpretar a José de Zer y a Carlos Menem previamente, dos ejercicios interpretativos sucesivos, tras los cuales se tomó unas largas vacaciones.

“Es el último trabajo que hice justo este año hice este año que no lo he visto todavía, y además coincidió en un año en donde me vi obligado, me tocó interpretar a un ex presidente argentino, a Carlos Menem, y para eso me tuve que preparar muchísimo. Eso fue antes, tuve que agrandar mi imaginación y los recursos y las herramientas y hacerme más fuerte, hacerme más grande. Tuve que emplear mis límites. Luego de hacer a Menem me tocó hacer a José de Zer, que fue dos meses después. Estaba como todo, con el universo imaginativo y muscular abierto, como en energía turbo”, apuntó.

“Fue increíble. Todavía estoy recogiendo las partes. Me tomé unas vacaciones estuve seis meses sin trabajar, quedé roto no quebrado como hinchado y como mirando para el techo”, definió.

AMENAZAS AL CINE ARGENTINO

Sbaraglia se ha sumado a la defensa de las instituciones cinematográficas argentinas ante el plan del nuevo gobierno del presidente Milei que amenaza con recortar sus recursos usando pretextos falsos según el actor.

“Yo creo que el problema es que lo que hay detrás es algo que uno no conoce ni maneja. Yo no estoy dentro del INCAA, nunca estuve dentro de una institución, no sé cómo funciona. Yo solamente trabajo, pasé prácticamente cuarenta años como actor, en la vida he vivido del Estado, siempre he trabajado para una productora, para Netflix en este caso, o para Apple, lo que pasa es que hay como una especie de discurso falaz, por estar defendiendo el INCAA”, explicó el actor.

“Uno no lo defiende por razones personales, yo no trabajo para el INCAA, ni recibo subsidios, simplemente, trabajo y recibo mi salario de una productora o de una plataforma, pero claro, uno defiende el subsidio del ente autárquico que es el INCAA, que es un ente que recibe dinero no del Estado sino que recibe dinero de los tickets de cualquier película que se compre, y que recibe dinero de un impuesto que se les cobra a las radiodifusoras y a los cable operadores”, prosiguió.

El intérprete consideró que el paquete financiero que se recauda para el financiamiento del cine nacional podría ser utilizado por el gobierno argentino para otros fines distintos.

“Lo importante es tener un cine, que le dé lugar a aquellos autores y directores que no tienen la posibilidad de tener un mercado, acceso al mercado. Eso es importante, eso es nuestra identidad, y nuestra identidad cultural. Eso es lo que uno defiende”, agregó

Según el actor, en Argentina, en este momento, “hay un discurso falaz que dice que ese dinero se le quita a otra cosa y eso es mentira”, concluyó.

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