A quince años del estreno de la exitosa De Caravana, Rosendo Ruiz vuelve al vértigo de la noche cuartetera cordobesa con La Zurda, que se desarrolla en los ambientes de su opera prima pero esta vez en la senda de un desbocado policial.

La película, que formó parte de la Competencia Argentina en el último Bafici, tiene a un joven que sueña con triunfar en el mundo del cuarteto y una oportunidad en la punta de los dedos  que se empieza a evaporar por un crimen en el que termina involucrado involuntariamente.

En comunicación con Reencuadre, Ruiz (Casa propia, Maturitá, Todo el tiempo del mundo, Tres D) habló sobre su última película, pero como uno de los referentes ineludibles del dinámico cine cordobés, también se refirió al momento devastador que atraviesa el sector audiovisual, con el ataque y el desfinanciamiento del sector de parte del gobierno nacional.

¿Cómo se gestó la idea de hacer “La Zurda”?
– Inmediatamente después de estrenar De caravana, con Alejandro Cozza, y mi amigo coguionista, nos quedamos muy manijeados con el mundo de la noche, con el cuarteto, los bailes y La Mona.

Habíamos conocido a muchos personajes y teníamos ganas de contar una película más clásica, con más rasgos de género. Entonces nos pusimos a laburar y escribimos La Zurda. Después fueron saliendo otros proyectos y hace un par de años que la desempolvamos, volvimos a encarar y salió la película.

-Dentro de un clima de thriller, “La Zurda” permite apreciar problemáticas sociales y de clase ¿Cómo trabajás la ficción en cine para abordar esas cuestiones?

– Inspirado en la realidad, nunca más cercano a la realidad que la ficción. Tanto De caravana como La Zurda, están muy muy inspiradas en casos reales que recontra abundan, conozco muchos casos de personas que se involucran con personas de distintas clases sociales y todo lo que pasa en base a los prejuicios que hay. Así que es copiando a la realidad.

-¿Sentís que desde tu cine legitimás un aspecto central de la cultura cordobesa como es la música de cuarteto?
– Puede ser, sí, pero yo siento que lo que deberíamos legitimar los directores de provincias es nuestra voz, es nuestra forma de hacer películas y las improntas de nuestras películas, de poder llevar nuestra cordobecidad al cine y que en otros lados nos vean como somos, que además de cuarteto escuchamos otras músicas, aunque bueno, en este universo que estamos mostrando en esta película está el cuarteto.

Pero no renegamos de la forma en que hablamos, no renegamos de la forma en que nos relacionamos, al contrario, tenemos una ironía y un sentido del humor muy particular en los vínculos, pueden ser situaciones dramáticas y hacemos chistes entre nosotros.

Eso es lo que me gustaría que se legitimara, la forma, la identidad de cada región de la Argentina. Mi sueño es que empiecen a ver películas de Mendoza, de Jujuy, de Tucumán, de San Juan, hechas como fue La Zurda, por técnicos y actores del lugar.

-¿De qué modo sentís que dialoga con tu ópera prima “De Caravana”?
– Va en ese mismo sentido, nos metemos en el mismo ambiente, en la misma noche, en los mismos personajes, la música de cuarteto como fondo, la delincuencia, la gente que vive en barrios marginales. Y también un poco con el choque de clases que está en las dos películas también.

-¿Cuánto cambió el cuarteto y su presencia nacional en estos 15 años desde tu primera película?
– No lo sé muy bien a nivel nacional que estará pasando, tengo entendido que se está expandiendo para otras provincias, los chicos de Monada con los que trabajamos están viajando todo el tiempo, así que supongo que un poco más, también sé que hace 15 años los cantantes de cuarteto, la Mona, la Barra, Trulalá, también salían bastante.

La diferencia que veo básicamente es en el estilo de los recitales, acá les decimos bailes. En aquella época, hace 15 años cuando filmamos a La Mona, todavía había toda una antropología de los bailes, que tenía su ritual, cómo se armaba la famosa ronda con la gente girando en la pista como si fuera un disco de vinilo girando, los varones cómo se paraban alrededor y las mujeres bailando sola solas. Ahora cambió, son más recitales que bailes.

-¿Con qué expectativas encarás este estreno nacional?
– Con las mayores expectativas, pero preparados a que después no se cumplan, estamos haciendo todo lo que hay que hacer, dejando todo en la cancha porque tengo la necesidad de que los argentinos volvamos a ver cine argentino y dejemos de estar aunque sea un poco, colonizados tan brutalmente por el cine americano.

Siento que el cine es una de las artes y de las disciplinas más imperialistamente avasalladas por el mainstream.

Nosotros, los del cine, la venimos pateando muchísimo y ni que hablar con este gobierno nefasto, cipayo, que no quiere que tengamos ni el 10 por ciento de la audiencia. Bueno, mi expectativa es que la mitad del país vea mi película, que volvamos a los 60 o 70, donde la taquilla de Argentina en los cines la mitad era para ver cine nacional, cine propio.

-¿Cómo ves el cine cordobés hoy en un contexto tan difícil para la industria nacional?
– Tenemos asociaciones con las cuales hemos ido conquistando espacios y ganando apoyos estatales, presentamos una la ley de cine ya hace varios años que se aprobó. Eso provocó que se fundara el polo audiovisual, el cual todos los años saca concurso y nos apoya.

Justamente, La Zurda fue una parte fue con apoyo del polo, después trabajamos y municipalidad sacó un cash rebate y gracias a eso pudimos terminar la película y aunque todavía tenemos algunas deudas la hicimos y ahora estamos con el lanzamiento, un privilegio tremendo en esta época con un gobierno que nos entrega de manos y que no quiere que haya cine nacional.

Poder generar un poquito de público que vea películas cordobesas es mi uno de mis grandes objetivos, entonces cuando yo ya no esté más que bueno, que quéd ese público para otros realizadores cordobeses que vengan a hacer películas propias y que sigamos en el cine pudiendo elegir entre Misión imposible y La Zurda. Pero que estén en las dos.

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