Fuera de Campo, el espacio que nació el año pasado en Mar del Plata como Contracampo como una reacción de la comunidad audiovisual frente al avance de políticas que amenazan la soberanía cultural y la supervivencia del cine nacional, confirmó su regreso en noviembre (en fecha a confirmar) renovado y próxima convocatoria nacional.
Nacido como una acción política autoconvocada en paralelo al Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, el espacio reunió a realizadores, espectadores, técnicos, críticos y estudiantes en torno a una premisa común: defender el cine argentino como bien cultural, histórico y presente, frente al desmantelamiento del INCAA y la designación de autoridades afines a una visión empresarial del sector.
La edición inaugural sirvió como escenario para proyectar decenas de películas del presente y del pasado, en funciones acompañadas por debates, presentaciones especiales y encuentros informales. Allí se ratificó una verdad muchas veces invisibilizada: existe una comunidad que sigue apostando por el cine argentino, que desea verlo, pensarlo y celebrarlo.
Según destacan los organizadores, “Fuera de Campo busca consolidar esa experiencia colectiva con una identidad que refleje su espíritu: dar lugar a las imágenes que quedan desplazadas de los circuitos oficiales, visibilizar lo que no entra en el encuadre del modelo hegemónico de exhibición y distribución, y ampliar las formas posibles de programar, discutir y vivir el cine argentino”.
Y agregan: “En un contexto de creciente hostilidad hacia las políticas públicas culturales, el encuentro se propone como una práctica de resistencia, pero también como un gesto amoroso hacia un cine que no deja de producir imágenes, incluso en la precariedad.”
Con sede nuevamente en la ciudad de Mar del Plata, Fuera de Campo abrió su convocatoria nacional (Docs.google.com/forms/d/e/) para películas argentinas, poniendo énfasis en aquellas que no encuentran lugar en las plataformas, festivales o circuitos tradicionales. Se trata de una invitación a pensar el cine más allá de la industria, los algoritmos y los moldes de validación externa.
“El cine argentino no se agota, no se pliega a una única forma de hacer o mirar. Hay un territorio vasto, múltiple y en disputa, y todavía muchas películas por descubrir, discutir y compartir”, concluye el comunicado de Fuera de Campo como declaración de intenciones.





